Es de todo el mundo conocido que con las altas temperaturas del verano, se consume más agua. Bebemos más, nos refrescamos más, nos duchamos más, regamos más las plantas, se lava más la ropa pues se suda y se ensucia mucho más y consecuentemente, si no tenemos un buen sistema de ahorro, malgastamos más agua, en una estación en la que precisamente se genera menos agua, pues es más seca, llueve menos, no nieva, etc.
Con relación a la cantidad de agua que bebemos, poco se puede hacer, pues se bebe la que se precisa, y poco más.
Por lo que respecta al resto de funciones, si podemos ahorrar, por ejemplo al lavarnos las manos, los dientes, al ducharnos, instalando los accesorios economizadores en grifos y duchas.
Con estos accesorios ahorramos un 50% de agua, que además, no utilizamos. simplemente, está el grifo abierto o la ducha, y es agua, que se malgasta.
Lo ideal es adquirir unos buenos hábitos de ahorro, pero hasta que estos lleguen, podemos poner remedio de forma automática, derrochando menos, instalando estos reductores, que además son muy económicos, y se amortizan con el primer recibo del agua.
Por lo que respecta al riego de las plantas, utilizar los ya sabidos sistemas. Regar a la caída del sol, para que el agua no se evapore, y la planta no se queme, y mejor regar con regadera que con manguera. Así se aprovecha más cada gota de agua.
Por lo que respecta a la lavadora y lavavajillas, procurar hacer cargas completas, para aprovechar al máximo la capacidad del electrodoméstico.
Poco más que añadir.
Disfrutar del sol, del verano y las buenas temperaturas, y procurar economizar agua, que es un bien escaso y limitado.
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